Baroja fue médico, articulista, novelista, memorialista y un gran paseante de Madrid.
Recorrió los barrios bajos y el centro de la ciudad. El Madrid que desaparecía desde finales del siglo XIX y el nuevo de corte más europeo de las primeras décadas del siglo XX. El Madrid que todavía queda y el que se fue. Gran observador de sus gentes, Madrid y su habitantes aparecen reflejados en su obras literarias.
En nuestro paseo -representado- vamos a caminar con el estrambótico Silvestre Paradox, los personajes de La dama errante, La Busca, Aurora Roja, Las memorias de un hombre de acción …y el estudiante del árbol de la ciencia.
«Madrid era entonces un pueblo curioso, más interesante que muchas ciudades de importancia y que muchos pueblos exteriormente típicos, por tener un carácter especial, el carácter del pueblo alto, seco, duro. Era difícil que por aquel tiempo hubiera en Europa una capital tan poco mezclada, tan poco cosmopolita como Madrid» (La Isabelina-Pío Baroja)
“Pensando en mis libros, he llegado a la conclusión, sin comprobarlo, que debe haber entre ellos, en lo malo y en lo bueno, dos épocas; una, de 1900 a la guerra mundial; otra, desde la guerra del 14 hasta ahora. La primera, de violencia, de arrogancia y de nostalgia; la segunda, de historicismo, de crítica, de ironía y de cierto mariposeo sobre las ideas y sobre las cosas. No sé si esto parecerá una fantasía, un poco de egotismo. Yo, al menos, noto estas dos épocas distintas”, O. C., VII, 832.
Enlaces de interés:
El Ayuntamiento concede el título de Hijo Adoptivo de Madrid a Pío Baroja
Web Pío Baroja
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